Capítulo 38: brindamos por los nuevos momentos

 Long time no see! que dirían los ingleses o americanos, depende de como lo digamos. Honestamente, después de embarcarme en la aventura del canal de Youtube y el de Instagram, poco me he acordado de volver aquí para hablar un poco. Pero aquí vuelvo, para pediros un brindis a favor mío. Hoy, 16 de febrero del 2022, empiezo una nueva etapa que me llevará tiempo, pero seguro que será muy satisfactorio.

Esta etapa, que empieza hoy miércoles, no sabía que iba a tener inicio (por dos cosas básicamente):

1. No sabía que iba a atreverme y a embarcarme en esta aventura

2. No me imaginaba, hace años, que tras un año y medio de terminar la carrera y sin expectativas de trabajo, iba a tomar esta decisión.

Mi excusa perfecta para cuando me llaman cotilla (es todo profesión, enserio)

Bien, empiezo por el principio. Cuando empiezas periodismo (en mi caso) o cualquier carrera con perspectivas de trabajo algo bajas (en España, la gran mayoría desgraciadamente), te plantan un panorama del que ya había hablado antes: horas mal pagadas, saber cuando entras pero no cuando sales, no tener oportunidad por falta de experiencia, etc. Pero realmente, el pequeño periodista que llevamos dentro, parece no querer creer en ello. Pese a que cada periodista es diferente, pues a unos les gusta más el trabajo de campo y a otros la tranquilidad de escribir, todos tenemos algo en común: nos morimos por contar las historias que vemos a nuestro alrededor. Y eso, tal vez, nos hace vernos ingenuos a veces.

No os voy a mentir y a deciros que en un año y medio de búsqueda de empleo no he tenido ni una entrevista de trabajo. De hecho, creo que he tenido unas cuatro. De estas cuatro (y de cientos de currículums enviados), dos han sido muy "creativas" en el momento de publicar el anuncio. El anuncio y el trabajo en cuestión eran un poco el meme de "lo que pides por Aliexpress VS lo que te llega"; otra me prometió una llamada con mucha perspectiva de futuro que nunca llegó (ni para decirme que mejor lo dejábamos, que ya tiene... narices); y otra que, directamente, menospreció todo lo que hacía y me echaba en cara que el trabajo de periodista aprendiz era hacer la faena sucia para que los de arriba pudieran buscar reportajes interesantísimos. A ver, señor, ni mucho ni poco. Desgraciadamente, mi falta de experiencia (y por verguenza, todo hay que decirlo), no me permitió mandarlo a freír espárragos. Pero de todo se aprende dicen.

A lo que iba, estas y otras cosas me llevaron a plantearme qué era lo que yo quería hacer. Siempre he sido una persona muy curiosa y movida, a la que le gusta estar en varias fiestas a la vez y aprender de todo. Es por eso que, una mañana de otoño, mi madre con su café en mano me preguntó que por qué no me animaba con la Psicología.

¿Yo? ¿Psicóloga?


Esa fue la primera pregunta que me vino a la mente. Cierto es que había estado bicheando ciertas páginas de universidades desde hacía tiempo; que psicología siempre había sido una rama que me interesaba mucho y que, en mi época de estudiante de periodismo, disfruté muchísimo de la asignatura.

Pero de eso a plantearme si quiera ejercer de ello...

De hecho, al principio me agarré al hecho que estudiar otra carrera era sentir que había fracasado en la primera; cuando la realidad de todo es que el tiempo que pasé estudiando y aprendiendo del periodismo fue una época en la que aprendí muchísimas cosas que aplico día a día a mi vida (pese que no encuentre mi sitio en el mundo laboral). Luego vino el "bueno, podría planteármelo". Y después de varias preguntas existenciales, reuniones con mis amigos de la facultad y algún que otro lagrimón, decidí apuntarme y tirarme a la piscina.

Pero no creáis que fue fácil. Algo que no te dicen cuando terminas tus "estudios obligatorios" o los que eliges es que, una vez adulto, nadie te va a ayudar a decidir. No hay una respuesta correcta o incorrecta. No hay nada blanco ni nada negro. Toooodo (y cuando digo TODO exagerando las "os" para darle más importancia), tiene sus grises. ¿Me apunto? ¿No me apunto? Si me apunto puede pasar X. Si no, pasará Y.

¿Habrá una Berta en el universo paralelo estudiando mecánica? ¿O ejerciendo de abogada laboralista? ¿O siendo política y preparándose para las elecciones? Quién sabe si, el día que decidí apuntarme a periodismo, escribí ya en el futuro algo que en otro universo paralelo significó otra cosa. Ya véis con Loki, que en una línea es Presidente y en la otra un cocodrilo con corona.

Loki en su versión alligator (una de muchas)

Así que nada, con este caos de texto, os quería anunciar que sí, vuelvo a ser universitaria (aunque virtualmente). Y que, espero que como yo, os muráis de ganas de ver qué pasará en un futuro. Y que la mosca que alguien mató hace cientos de años, en este universo y en esta línea de tiempo, hayan hecho que yo me haya apuntado a Psicología y que empiece una nueva aventura en mi vida.Porque soy realista... ¿qué sería de mi sin tanta acción y follón en mi día a día?


La Berta de esta línea temporal os manda un saludo (y un gran abrazo covid free).











Comentarios